-Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero.
Ella, no puede parar de sonreír. Es feliz. Nunca ha sido tan feliz. Él la hace feliz. Él repite:
-Te quiero.. comer!
Ella, ahora entre risas, típicas risas de enamorados, dice:
-Qué no quieres hacerme tú a mi?
Él, primero ríe, le ha hecho gracia la pregunta, pero luego, durante un segundo se queda pensativo hasta que le responde:
-Perderte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario