jueves, 23 de mayo de 2013

Ha llegado el día.

Mañana es un día especial. Importante, dirán otros. Tal vez "uno más" dirán algunos. Pero, para mí, es un día especial. Es un día mágico. Distinto. Diferente. Es el día en el que la universidad está más cerca. Un día en el que dejas atrás el colegio. En el que debes sonreír por acabar una etapa. En el que dices "adiós" a todo un sinfín de aventuras, anécdotas, días, horas. Para decir "hola" a la nueva vida. A un nuevo mundo. Al mundo que te corresponde. Al mundo que tú eliges. Y ese, ese mundo, está ahí. A tus pies. Tan solo tienes que alcanzarlo. Tan solo tienes que desearlo con tanta fuerza que decida llegar a ti. Tan solo es un poco de esfuerzo, un mínimo de empeño y todo por lo que has luchado, dará sus frutos.
Pero, ¿sabes? para mi no es tan especial. A mi me falta alguien a mi lado. Me falta alguien a quien dar la mano. Alguien en quien apoyarte, en quien confiar. Me faltas tú. ¿Crees que se puede ser feliz pensando que no estás en un día tan importante? ¿Crees que hay algo peor que pensar en dónde estarás o qué estarás haciendo? ¿Acaso hay algo más importante que ver el paso que va a dar tu hija? Nada. Nada debería importarte más que ser partícipe de ese pequeño momento. Nada te debería de llenar más. ¿Sabes? Me gustaría ver tus ojos llorosos porque estás orgulloso de mi. Me gustaría ver como dices: esa, esa de ahí, es mi hija, la mejor de las mejores. Me gustarían tantas cosas que no son posibles. Necesito tus fuerzas, papá. Necesito que me des la seguridad que solo un padre puede dar. Necesito que vengas y me digas: ánimo pequeña, puedes hacerlo. Pero esa sonrisa no viene. Ese abrazo cae en el olvido. Ese beso se ha perdido en la distancia. Ese consejo desapareció. Te necesito, papá. Mañana es uno de esos días en los que te vuelves imprescindible para mi.

2 comentarios:

  1. ¡Hola! :)
    Entiendo muy bien como te sientes en este momento, pues estoy exactamente en la misma situación. Mi graduación es en una semana y mi padre tampoco estará ahí. Y al igual que tú le echaré de menos en ese día que por fin cierro una etapa de mi vida. Pero, a pesar de ello tenemos que estar orgullosas porque lo hemos conseguido, hemos terminado el instituto y ya nuestra vida va a cambiar. Quizá él no estará allí, pero seguro que existiera algo más allá (lo cual yo no creo) él estaría muy feliz por ti. Y si eso no te consuela, al menos ten la certeza de que tendrás otras personas a las que le importes.
    Muchos besos y ¡enhorabuena!

    ResponderEliminar
  2. Demasiado identificada me siento con esta entrada...

    Sólo espero que disfrutes de tu graduación como yo deseo hacer con la mía mientras veo a las familias de mis amigos enteras y yo con mis dos pilares: mi madre y mi hermana.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar