Así que corre, corre corazón...

Llegas a un sitio en el que todo es nuevo. En el que debes madurar y aprender. Un sitio en el que te debes construir tu propia felicidad. Y aquí es donde yo me encuentro. Con ellos. Con todos ellos. Personas desconocidas hasta hace poco más de una semana. Personas de las que llevo un pedacito suyo y lo guardo en mi corazón. Porque, ¿sabes? soy de las que piensan que estamos hechos de pedacitos de cada persona que pasa por nuestra vida. Puede que esta sea una de las mejores experiencias de mi vida. No solo por el hecho de encontrarme sola en esto. Sino por hacer lo que me gusta y poder compartirlo al instante con quien disfruta de esto de igual forma. ¿Sabes lo feliz que soy cuando un niño me llama "profe"? ¿Sabes lo que se siente cuando te conviertes en monitora y te comportas como tal? Yo he podido vivirlo y es una felicidad inalcanzable para muchos. Invisible para mí hasta ahora. Pero en esa felicidad es en la que yo quiero vivir el resto de mi vida.
¿Sabes lo que es llegar a un sitio con la única idea de ser monitora? ¿Sabes lo que es cogerle cariño a alguien en 5 días? Pero, ¿acaso sabes lo que es saber que eres importante, especial y única para otros? Al menos yo así me siento y con eso me vale. Esto es la verdadera felicidad.
Risas. Lloros. Enfados. Tristezas. Alegrías. Todo se concentra en un mínimo espacio. Todo ocurre en un mismo día. Lo que para uno son risas para otro son enfados. Las malas caras duelen más que cualquier puñal y una mala palabra se magnifica. Las risas de hoy serán el recuerdo que quedará mañana. Una canción más de una vez sonada se convertirá en un símbolo de todo esto. Y cada persona que ha pasado por allí sabe que esto no habría sido lo mismo sin alguno de ellos.
Espero veros pronto, amigos.