martes, 1 de octubre de 2013

MAGISTERIO INFANTIL.

Hablar de esta profesión implica oír una gran lluvia de críticas. Críticas muchas de ellas sin ningún sentido. Críticas de gente que habla por hablar o porque no sabe callar.
A veces me pregunto el porqué de tanta ignorancia. A veces me gustaría ir por la calle, diccionario en mano, y parar a los ignorantes para hacerles pensar. A veces trato de explicar mis sentimientos a quienes se ríen de ellos, ignorante yo también, más que ellos.
Y es que hablar de "profesión" implica hablar de "vocación". Y, ¿dónde se necesita mayor vocación que en magisterio infantil?
Dime tú, aquel que critica esto, ¿sabes gracias a quién puedes hoy leer estas palabras? ¿Sabes quien te ayudó a aprender a criticar, aprender a respetar y aprender a opinar? Una profesora, sí. Alguien que, como yo, como muchos, se encargó de elegir esta carrera para que tú pudieras ser educado. ¿Entiendes ahora la importancia de mi carrera?
Espera, deja que te cuente aún más. El colegio es el primer ámbito en el que nos movemos. Del colegio nacen grandes amistades. Y, si esas amistades existen, es porque alguien lo quiso. Alguien que empleó su labor a la enseñanza, alguien a quien llamar "profe".
Antes de criticar, párate a pensar.
Porque no existe labor más enriquecedora que la que uno mismo quiere. Y no existe reconocimiento más perfecto que la sonrisa de un niño. O un abrazo. Y no hay mayor regalo que un dibujo expresamente dedicado de los más pequeños.

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